El contrato logístico

Mi amigo y maestro Antonio Pérez Carmona, linense de pro y experto en logística, con múltiples libros, me envió información sobre el outsourcing logístico. Es un concepto clave para entender por qué suceden muchas de las cosas que suceden en logística. Antonio me envió lo siguiente al respecto:

“El término Outsourcing, es una palabra de origen norteamericano que está compuesta por las palabras ” out ” (afuera o externa) y ” source ” (fuente), usándose el sufijo ” ing ” que sugiere una acción continuada. El Outsourcing es una práctica impuesta que se lleva a cabo desde hace muchos años, pero muy poco se ha hablado de ésta.

Hasta hace pocos años la gran mayoría de las empresas, ya sean nacionales como  internacionales, contaban dentro de su organigrama con áreas tales como recursos humanos, auditoría, sistemas, ventas, entre otras.

La primera razón para explicar la tendencia al  Outsourcing es el costo-eficiencia. Las compañías evalúan esta posibilidad para determinar si los costos operativos corrientes podrán ser reducidos y para progresar técnicamente. La necesidad de ser competitivos obligó a desprenderse de muchas de las áreas a exclusivo cargo de las compañías, que optaron por delegarlas a profesionales especializados, siendo ese el momento en que el concepto de Outsourcing se impuso en el mundo empresarial. 

La palabra Outsourcing, hace referencia a la fuente externa de suministro de servicios, y la empresa que lo aplica, es decir, la subcontratación de operaciones de una compañía a contratistas externos.  Dicha subcontratación ofrece servicios modernos y especializados, sin que la empresa tenga que descapitalizarse por invertir en infraestructura.

Más allá de parecer un gasto adicional, la subcontratación representa la oportunidad de dejar en manos de compañías expertas la administración y el manejo eficiente y efectivo de los procesos que no están ligados directamente con la naturaleza del negocio y que, por el contrario, permite reducir costos, y reorientar los recursos internos e influir de manera significativa en su nivel de competitividad.”

Esta subcontratación es muy habitual en logística. Los productores y compradores se ponen en manos de expertos logísticos para que le hagan el transporte. Para ello se realiza el “contrato logístico”, en el que se establece, entre otras condiciones, un precio del transporte, un tiempo de transporte, un momento de entrega y penalizaciones. Obviamente, hay otros muchos conceptos que se incorporan, pero quizás estos sean los más significativos. Con este contrato ya se pone el transporte en manos del especialista en logística.

Esto, que conceptualmente está muy bien, tiene una parte “B”. El verdadero interesado en el transporte no debe ser sólo el logístico, sino también el propietario de la carga, dado que es a él (¡y sobre todo a él!) al que más le interesa que los productos lleguen adecuadamente en plazo. Si todas las decisiones se ponen en mano de la empresa logística: ¿De verdad se van a tomar todas las decisiones para mejorar el rendimiento del transporte a lo que necesita la carga o va a realizarse para mejorar la eficiencia y cuenta de resultados de la empresa del transporte? No, probablemente, la empresa logística tratará de amortizar sus inversiones eligiendo rutas, que aunque cumplan con el contrato logístico, no será la mejor opción para la carga, ni en precio ni en tiempo.

Una de mis investigaciones en logística fue analizar las cadenas logísticas por entorno económico y me salió un modelo muy interesante que cuadraba bastante bien con la realidad, pero que alguna empresa lo rompía por completo. Principalmente quien lo rompía era Inditex. Su logística no cumplía el modelo y me pregunté por qué. El resultado fue muy simple: Inditex toma sus propias decisiones en cuanto a logística. Aunque lo subcontrate (en algunos transporte lo hace) nunca pone en manos de un tercero la toma de decisiones, eligiendo siempre la mejor ruta para sus productos.

Analicé otros casos singulares, como uno de un transporte de piña de Costa Rica para venderse en Sevilla que iba a en contenedor a Algeciras, transbordaba a otro barco que lo lleva a Rotterdam, allí se importaba y bajaba en camión a Sevilla. ¿No sería más eficiente importar por Algeciras e ir en camión a Sevilla? ¿Por qué esa ruta? En concreto, ese ejemplo era porque la empresa logística tenía los almacenes en Rotterdam y por lo tanto, no valoraba otra ruta nada más que Costa Rica – Rotterdam, dándole igual los transbordos que pudiera hacer en el camino. Tenía que amortizar sus inversiones. Pero… ¿era lo mejor para la carga? Evidentemente no. ¿Cumplía el contrato de outsourcing logístico? Si, por supuesto. La mercancía estaba en tiempo y en coste en el punto establecido. No es un caso aislado, sino algo bastante extendido (y hasta razonable). Las empresas logísticas están para ganar dinero, y si cumplen los contratos, no necesita más optimización. Si el propietario de la carga no se interesa por la ruta y alternativas nunca se dará cuenta que podría hacer la importación más barata y más rápida…

El outsourcing logístico ha sido una de las claves de la explosión del transporte que se ha vivido en los últimos 20 años, pero ahora ya estamos en un momento de madurez y en el que las empresas pongan en cuestión las decisiones. Si las empresas logísticas no entienden de esa excelencia, si no se toma la mejor decisión para el cliente, si no se optimiza las necesidades de la carga, el servicio no será óptimo y, más pronto que tarde, el cliente se dará cuenta y cambiará a otro servicio de un competidor que se ajuste más a sus necesidades. Esa optimización obliga a una continua prospección del mercado. Mejora continua que le llaman.

¿Y aquellos clientes que no quieran analizar la mejor ruta para su carga? Pues… ellos se lo pierden.